martes, 11 de octubre de 2011
El Banco Revolucionario de Guerrero.
Durante la Revolución Mexicana, el estado de Guerrero se inclinó por una lucha de carácter agrícola. Su sociedad estaba compuesta en su mayoría por campesinos y pequeños rancheros, por lo cual la repartición de la tierra fue el principal motivo por el cual los guerrerenses se levantaron en armas. Después de varios años en la lucha, el movimiento encabezado por Emiliano Zapata -ranchero originario de Morelos- a favor de la justicia agrícola, se estableció de forma organizada.
En 1912 en Guerrero se creó el primer Banco de tipo agrario. Buscaba otorgar financiamientos a campesinos para poder labrar la tierra. Los billetes y monedas acuñadas en este banco tenían validez en la mayoría del sur del país.
Sin embargo había varios elementos que actuaron en contra, tenían la obligación de dar 50,000 pesos mensuales al estado de Morelos para sostener la lucha zapatista. Si tomamos en cuenta que el salario mínimo en 1912 era de un peso diario, la cantidad mensual era exorbitante para un estado pobre cuya base era el campo y que en ese momento se encontraba devastado por la guerra. Por otro lado, en el norte del país no habían autorizado la creación del banco.
En 1915, durante la Convención de Aguascalientes, reunión a la que acudieron todos los jefes revolucionarios del país, el Banco Revolucionario de Guerrero se declaró invalido, sus monedas y billetes pasaron a ser inservibles, lo cual desató una crisis financiera en el estado. Jesús H. Salgado, entonces gobernador, renunció pues no pudo controlar la deuda.
Las imágenes aquí publicadas pertenecen a la Fototeca Nacional, INAH.
martes, 26 de abril de 2011
Ai Weiwei
Ai Weiwei es uno de los artistas chinos vivos más importantes hoy en día. Hijo del poeta Ai Qing, considerado uno de los poetas chinos más importantes del siglo XX. Es un activista a favor de la democracia china, de los derechos humanos y de la libertad de expresión, pero sobre todo está en contra del Gobierno Chino actual y del Partido Comunista Chino.
jueves, 10 de marzo de 2011
Guatemala
Guatemala, nuestro vecino país está compuesto por una mayoría étnica de origen maya. Desgraciadamente las constantes intervenciones estadounidenses han dejado devastada la zona campesina, y no sólo la zona, sino las poblaciones. Las reformas agrarias realizadas entre 1948 y 1954 afectaron los intereses de monopolios estadounidenses establecidos en Guatemala. El conocido caso de la United Fruit Company es un claro ejemplo del intervencionismo americano, pues el gobierno de Eisenhower mandó tropas bajo el pretexto de que Guatemala estaba teniendo conductas comunistas. No olvidemos que esos años (1948-1954) eran los comienzos de la Guerra Fría, dos modos económicos se enfrentaban y la presencia de un supuesto “gobierno comunista” en un país relativamente cerca de Estados Unidos rompía con la política de la zona cero o también llamadas cinturones de seguridad. Son políticas bajo las cuales se libró la Guerra Fría, los países vecinos a las potencias representantes de cada economía, la URSS para el comunismo y EUA para el capitalismo, no debían tener matices que manifestaran presencia alguna del régimen contrario, pues según dichas políticas, representaban fuertes amenazas para las potencias.
Es pues, bajo esta ideología política que Guatemala se vio inmersa. La intervención de Estados Unidos trajo consigo el desgaste de la vida del campesinado. Hacia la década de los sesenta, la revolución armada comienza a tomar fuerza. Las influencias que la Revolución Cubana había marcado eran innegables. Ante este llamado de atención, EUA crea el Mercado Común Centro Americano (MCCA) que fracasa al poco tiempo de ponerse en desarrollo pues las condiciones económicas no eran para nada viables y los proyectos revolucionarios armados habían tomado mucha fuerza.
Los partidos políticos guatemaltecos comienzan a ser manipulados por la presencia estadounidense. Los movimientos revolucionarios de clase campesina e indígena son severamente reprimidos. A mediados de la década de los setenta se unen partes campesinas e indígenas a las organizaciones armadas que más adelante se fusionarán en una misma: la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) cuyas peticiones se centran en cosas tan básicas que me parece, resulta vergonzoso para la humanidad que en el siglo XX se tengan que exigir; programas de salud y educación, principios de derechos humanos y reconocimiento de los pueblos indígenas. He de hacer un hincapié aquí, Guatemala como ya había mencionado, es un país cuya mitad de la población (aproximadamente) es no de origen indígena, sino indígena puro. El mestizaje no fue tan generalizado como en México. Eso quiere decir que hacia 1975 la mitad de la población de un país no estaba protegida por los derechos humanos que, se supone, deben tener. Sin embargo las intenciones de luchar por lo –supuestamente digno- trajo el enfurecimiento del Estado, respondiendo con programas con “Tierra Arrasada” y “Frijoles y Fusiles” que asesinaron a poblaciones enteras, ocasionando un genocidio devastador, desapariciones de miles de personas, desplazamientos y exilios.
Rigoberta Manchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz, en su discurso de aceptación del premio mencionó varios elementos que me gustaría citar como muestra de la posición actual de las comunidades indígenas. Para empezar muestra la disposición de la fusión que se necesita hacer entre tradiciones indígenas y modernidad: “Los indígenas estamos dispuestos a combinar tradición con modernidad, pero no a cualquier precio. No consentiremos que el futuro se nos plantee como posibles guardias de proyectos etnoturísticos a escala continental”. Me parece que la postura de Rigoberta Manchú es muy puntal al especificar que las comunidades indígenas no pasarán a formar parte del turismo, la intención es que se añadan a la sociedad como una aceptación de la pluralidad cultural que existe en Guatemala. También en su discurso menciona la intención que ella tiene al expresarlo. “La atención que con este Premio Nobel de la Paz se centra en Guatemala deberá permitir que internacionalmente se deje de ignorar la violación a los derechos humanos y honrará a todos aquellos que murieron luchando por la igualdad social y la justicia en mi país”.
El pasado que el pueblo Maya ha tenido que superar es verdaderamente trágico, creo que no hay ninguna justificación –ya sea política o económica- para los daños que se causaron. Durante la Tercera Conferencia Mundial Contra el Racismo la ganadora del Premio Nobel hizo fuertes declaraciones sobre el genocidio guatemalteco, “Entre la primera y la segunda Conferencias contra el Racismo, se cometía en mi país, Guatemala, lo que ha sido calificado por la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas como un GENOCIDIO, del que soy una sobreviviente. 83 % de las 200 mil víctimas fueron indígenas mayas, como mi madre, mi padre y mis hermanos. Hasta la fecha, no hay tribunal en el mundo que asuma con valentía la persecución penal, el juzgamiento y castigo de estos crímenes contra la humanidad”.La apelación por una justicia aún no es escuchada. Los presuntos culpables no han pagado por los daños causados. La sociedad civil, las organizaciones a favor de los indígenas han sido las principales fomentadoras de una exigencia ante el orden mundial por los derechos indígenas. Actualmente se sigue luchando por una democracia segura en Guatemala, pues solo con un cambio político será que los problemas puedan ser erradicados.
Creo que al pensar en Guatemala y la situación que hoy por hoy siguen viviendo los indígenas debemos hacer un acto de conciencia. Desgraciadamente en nuestra sociedad el ser indígena se ha vuelto algo peyorativo. Una doble moral que rige al mexicano mestizo; admirando al indígena pintado en cuadros de Diego Rivera y rechazando al verdadero indígena, aquel que vive de la agricultura. Hagamos reflexión de cómo ahora hasta en el lenguaje cotidiano nos referimos a nuestras raíces como un lado oscuro de la sociedad: "no seas indio, eso no se dice". Creo que el cambio está en nosotros mismos, podemos dejar de darle una connotación negativa a los pueblos que han luchado por sobrevivir y cuyo analfabetismo, ténganlo por seguro, no es voluntario. Tenemos grandes cosas que admira y aprender de ellos.
Haz click AQUI para leer el discurso de Rigoberta Menchú por el Premio Nobel de la Paz en 1992.
martes, 22 de febrero de 2011
Forever's not so long
domingo, 20 de febrero de 2011
Call for applications
sábado, 19 de febrero de 2011
Nuestros sentidos.
La intervención estadounidense en Haití.
A principios del siglo XX, la burguesía estaba compuesta por comerciantes consignatarios extranjeros o negociantes mulatos. Lo cual creó dos posturas radicales con respecto al poder guiado sobre todo por el “factor de color” : se crearon dos grupos, uno mulato y otro negro. Ambas posturas políticas estaban alteradas por los intereses de países extranjeros; “Las potencias europeas (Francia, Inglaterra, Alemania) y también los Estados Unidos con su impulso expansionista, añadían un factor más de virulencia a los conflictos internos. Estas injerencias se expresaban a través del apoyo dado por tal o cual potencia extranjera, o las intrigas de sus agentes en favor de los diferentes grupos en pugna”.
En 1915 comenzó la ocupación estadounidense en Haití, se inició un nuevo sistema de neocolonización y de modernización del país. Sin embargo no fue un cambio realmente positivo para el país, reforzando el poder de los grupos sociales dominantes, creando nuevos medios de control y dominación que permitían a la élite controlar y neutralizar la resistencia popular. La política haitiana se convirtió en una marioneta para los intereses norte americanos, se disolvieron las cámaras legislativas, así como también el ejército local.
Hacia los años de 1928 y 1929 el sentimiento nacionalista se fortaleció, trayendo consigo un rencor y repudio hacia los militares y sobre todo, marines, que estaban instalados en Haití. Las elecciones libres, que no existían en ese momento, comenzaron a ser la mayor petición del pueblo por medio de marchas y manifestaciones, que en su mayoría, fueron apagadas por medio de la fuerza. La situación fue propicia para que se crearan nuevas corrientes políticas: “Un grupo de las clases dominantes emergió entonces encabezado por Stenio Vicent en las elecciones del 18 de noviembre de 1930. Este equipo gobernante, disfrazado de nacionalista, podía servir de representación indígena a la potencia dominante.”
Por otro lado, a pesar de estar respaldado por Estados Unidos, el gobierno de Haití no creció en términos capitalistas, las inversiones fueron casi nulas, las tecnologías agrarias no fueron modificadas en alto grado: el cambio más radical fue sustituir el café como base agrícola por la caña de azúcar. Pero el único país comprador de Haití era Estados Unidos, Francia había abandonado la relación comercial con el país latinoamericano, lo cual cerraba las expectativas de un comercio internacional.
La presencia del interés estadounidense en Haití es innegable: “se destacó la práctica de los préstamos aplicada desde 1922 (…) Ésta se convirtió en forma principal del despojo financiero, e instrumento de un sistema de premios y castigos a los gobernantes.” La exclusión de la sociedad haitiana era evidente, no tenían derecho a la manifestación, a la libre expresión ni mucho menos a la participación política. El descontento era un volcán a punto de explotar.
En agosto de 1934 los marines estadounidenses fueron totalmente expulsados de Haití. Sin embargo esto no fue sinónimo de estabilidad política ni de crecimiento del país, constantes conflictos de corte nacional e internacional siguieron a esta época. El asesinato de 20 mil haitianos refugiados en República Dominicana es un claro ejemplo de la ineptitud del gobierno haitiano y de la falta de responsabilidad sobre su pueblo, pues la indemnización que se había acordado, 750 mil dólares por parte del gobierno dominicano no se finalizó, el pago se quedó en 500 mil dólares. Hecho que muestra claramente la falta de interés de la presidencia de Haití por proteger a la sociedad.
El 1º de junio de 2004 comenzó por segunda vez la intervención de potencias extranjeras en Haití, según la Organización de Naciones Unidas, la situación de inestabilidad política en el país afectaba y violaba severamente las reglas del derecho internacional. Brasil ha encabezado la misión de ocupar militarmente a Haití para lograr la estabilidad política. “La Misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití, MINUSTAH, está formada por 36 países aunque en la formación del contingente, de unos siete mil militares, hay una presencia latinoamericana masiva. Teóricamente la MINUSTAH se basa en cuatro pilares; estabilizar el país, pacificar y desarmar a los grupos guerrilleros y rebeldes, promover elecciones libres e informadas y por último, fomentar el desarrollo institucional y económico de Haití”. Teóricamente la intención de las Naciones Unidas no va más allá de una ayuda que estabilice al país por medio de la intervención no agresiva de los grupos militares extranjeros. Me parece pertinente cuestionar esta situación; la intención y el interés de los países que conforman la MINUSTAH.
Al principio de la misión, los objetivos parecían cumplirse, conforme fue pasando el tiempo y la ocupación se fue extendiendo parece ser que los objetivos iniciales se fueron perdiendo. En el 2004 la sociedad haitiana comenzó una serie de manifestaciones pacíficas en las cuales se exigía el aumento del salario mínimo: pasarían a ser $5 usd. en vez de $2 usd. como se tenía anteriormente. “A partir del 4 de junio comenzó un proceso intensivo para reprimir esas manifestaciones. Una muerte, decenas de heridos, decenas de presos. ¿Quién estaba llevando a cabo las acciones militares? La Policía Nacional Haitiana y su patrocinadora la “Fuerza de Paz de la ONU”, que se llama MINUSTAH, reprimió manifestaciones legítimas usando armamento y vehículos de guerra”.
Me resulta impresionante la paradoja que se vive día a día en Haití, el país más pobre de América Latina, parece ser que no ha existido hasta el momento algún grupo que, desinteresadamente, esté dispuesto a ayudar a dicho país que se enfrenta a ser el objetivo de muchas potencias con economías más ricas que la suya y además a crear un Estado que después de varios siglos no se ha logrado establecer. ¿Cuál será la causa del desinterés mundial por la situación haitiana?
Bibliografía.
José Luís Patrola en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88816
Pierre-Charles Gérard, “Haití (1930-1975): La crisis ininterrumpida” en Pablo González Casanova (Coord.) América Latina: Historia de medio siglo.